Es increíble la falta de memoria de muchos de los habitantes de esta ciudad. El día de ayer decidí no usar mi a auto ya que el número de cosas por hacer no era mucho y opté por utilizar el transporte público para dirigirme a mi trabajo.
Es sorprendente lo que los usuarios soportamos de este deplorable sistema de movilidad urbana y para muestra este botón: por la mañana después de 40 minutos de esperarlo y a punto de ser vencido por la desilusión y la desesperación, vi la ruta 27 A en el horizonte. Pero el verdadero problema fue en la tarde cuando me dirigí a casa, a las 14:30 estaba esperando el dichoso autobús. En un lapso de 45 minutos pasaron dos que no se detuvieron pues ya estaban llenos, por lo que decidí esperar cuanto tiempo era necesario para abordar la unidad. Para no hacer el cuento largo pasó una hora 50 minutos y los camiones estaban a reventar sin levantar a la gente que esperábamos con ansias poder subir.
Lo interesante de esto es que ahora que el gobierno por fin tiene una idea (Macrobús) para mejorar este deficiente y peligroso sistema de transporte, sean los ciudadanos unidos con los mismos transportistas, quienes pretenden detener su implantación. A memoria tapatía.
Eleazar López Patrón
