Quisiera comentar sobre las obras mencionadas por Martín Valadez Gutiérrez (“Sáinz”, Correo, 7 de noviembre). En la misiva menciona las obras que Claudio Sáinz David supervisó. Quisiera afirmar que el nodo Revolución fue modificado por el terrible accidente que sufrieron unos trabajadores agrícolas que fallecieron en el anterior “nodo” y que no le quedó más remedio a Ramírez Acuña que iniciar el nodo para evitar más accidentes de los muchos que ocurrieron en esa fatal intersección.
La ampliación de López Mateos era incuestionable para los fraccionamientos que se erigieron en la zona de Tlajomulco, si no ¿por dónde iban a salir? Así que esa obra era para dar un mejor flujo a la única salida al sur de Jalisco.
El túnel de San Agustín, ídem. ¿Por dónde salen los pobladores de ahí y de Santa Anita? Lo que sucede aquí es que primero autorizan la licencia de construcción a los empresarios y después se las averigua el gobierno para las vialidades —un punto bueno para Sánchez Aldana por exigir obras viales condicionadas a la licencia.
Lo mismo sucede con el puente: ¿de qué otra manera se comunicaba a San Sebastián del Oeste con Puerto Vallarta? En fin, no son buenos argumentos contra alguien que dejó mucho qué desear como director de Obras Públicas, además de que no hubo una sola obra que se acabara a tiempo y dentro de los presupuestos marcados por la ley. ¿Le parece que revisemos cada una?
Agustín Villarreal Sosa