Pedro Mellado
Hay demasiados frentes abiertos para un Gobierno que no se ha caracterizado por su eficacia al enfrentar contingencias. Y pareciera que al reino del caos se le podrían sumar algunas otras calamidades, para acrecentar los padecimientos, el desencanto, la rabia y las preocupaciones de la gente.
Para colmo del piadoso emperador de este reino de las desgracias, hasta uno de sus principales aliados, el Cardenal Arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, se hartó de la muy incómoda posición de ser pararrayos de severos cuestionamientos, luego que el Gobernador Emilio González Márquez lo expuso a la maledicencia pública, por la forma tan ventajosa -con indudables afanes políticos y populistas- como lo convirtió en su cómplice, en una ceremonia oficial, formal y pública, en la cual se anunció un ilegal donativo de 90 millones de pesos para la construcción del Santuario de los Mártires Cristeros.
Con todo y pena, don Juan recomendó el reciente viernes 13 de junio, a la fundación que administra los recursos para la construcción del Santuario, que devuelva al Gobierno estatal los 30 millones de pesos entregados como anticipo el pasado lunes 24 de marzo, en Casa Jalisco. La prudente, aunque muy tardía decisión del Arzobispado, no exime al Gobernador del riesgo de ser sancionado por las graves violaciones que cometió contra leyes fundamentales del País y del Estado, que derivaron en la interminable cadena de improperios que un importante segmento de la sociedad ha dedicado en forma sistemática a los más altos representantes de los gobiernos terrenal y celestial en esta región.
Al mismo tiempo, la administración estatal permanece alerta, tensa, preocupada, atrapada en un angustioso compás de espera, que se deriva de la enigmática tregua entre los cárteles de la droga, que podrían estar preparando armas para la madre de todas las batallas por el control de la zona metropolitana, como espacio privilegiado para el consumo y el tráfico de drogas.
Una leve chispa podría iniciar la guerra entre el cártel que se presume dominante, comandado por Joaquín Guzmán Loera, alias "El Chapo" y su principal socio Nacho Coronel; en contra de sus ex aliados y ahora retadores, los hermanos Beltrán Leyva, quienes habrían sumado el poderoso apoyo del nuevo cártel que integran los sicarios conocidos como "Los Zetas", que adquirieron triste celebridad como matones a las órdenes del Cártel del Golfo.
Sabemos que las benditas lluvias llevan felicidad al campo, pero en la zona metropolitana son presagio de sufrimientos, porque la gente pobre y desamparada de Tlaquepaque, Tlajomulco de Zúñiga, Zapopan, El Salto y Juanacatlán, pierde sus magras pertenencias, entre afluentes putrefactos que se generan por la combinación del agua de vida que nos manda el cielo y los torrentes infernales de los drenajes.
A esa preocupación habría que sumar el cierre indefinido del túnel de López Mateos en su cruce con la Avenida de las Rosas, inaugurado en junio de 2006, donde se reventó el colector y existe la presunción de que en su construcción hubo criminal torpeza y potencial corrupción. El cierre de esa vialidad generará un caos vial permanente en la zona. Sin descartar que ante las próximas embestidas de las lluvias tengamos un problema de iguales o superiores dimensiones en el Nodo Colón, donde se abrazan las avenidas López Mateos, Américas y Circunvalación. Ahí también el colector quedó muy expuesto y podría fracturarse.
Para colmo del piadoso emperador de este reino de las desgracias, hasta uno de sus principales aliados, el Cardenal Arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, se hartó de la muy incómoda posición de ser pararrayos de severos cuestionamientos, luego que el Gobernador Emilio González Márquez lo expuso a la maledicencia pública, por la forma tan ventajosa -con indudables afanes políticos y populistas- como lo convirtió en su cómplice, en una ceremonia oficial, formal y pública, en la cual se anunció un ilegal donativo de 90 millones de pesos para la construcción del Santuario de los Mártires Cristeros.
Con todo y pena, don Juan recomendó el reciente viernes 13 de junio, a la fundación que administra los recursos para la construcción del Santuario, que devuelva al Gobierno estatal los 30 millones de pesos entregados como anticipo el pasado lunes 24 de marzo, en Casa Jalisco. La prudente, aunque muy tardía decisión del Arzobispado, no exime al Gobernador del riesgo de ser sancionado por las graves violaciones que cometió contra leyes fundamentales del País y del Estado, que derivaron en la interminable cadena de improperios que un importante segmento de la sociedad ha dedicado en forma sistemática a los más altos representantes de los gobiernos terrenal y celestial en esta región.
Al mismo tiempo, la administración estatal permanece alerta, tensa, preocupada, atrapada en un angustioso compás de espera, que se deriva de la enigmática tregua entre los cárteles de la droga, que podrían estar preparando armas para la madre de todas las batallas por el control de la zona metropolitana, como espacio privilegiado para el consumo y el tráfico de drogas.
Una leve chispa podría iniciar la guerra entre el cártel que se presume dominante, comandado por Joaquín Guzmán Loera, alias "El Chapo" y su principal socio Nacho Coronel; en contra de sus ex aliados y ahora retadores, los hermanos Beltrán Leyva, quienes habrían sumado el poderoso apoyo del nuevo cártel que integran los sicarios conocidos como "Los Zetas", que adquirieron triste celebridad como matones a las órdenes del Cártel del Golfo.
Sabemos que las benditas lluvias llevan felicidad al campo, pero en la zona metropolitana son presagio de sufrimientos, porque la gente pobre y desamparada de Tlaquepaque, Tlajomulco de Zúñiga, Zapopan, El Salto y Juanacatlán, pierde sus magras pertenencias, entre afluentes putrefactos que se generan por la combinación del agua de vida que nos manda el cielo y los torrentes infernales de los drenajes.
A esa preocupación habría que sumar el cierre indefinido del túnel de López Mateos en su cruce con la Avenida de las Rosas, inaugurado en junio de 2006, donde se reventó el colector y existe la presunción de que en su construcción hubo criminal torpeza y potencial corrupción. El cierre de esa vialidad generará un caos vial permanente en la zona. Sin descartar que ante las próximas embestidas de las lluvias tengamos un problema de iguales o superiores dimensiones en el Nodo Colón, donde se abrazan las avenidas López Mateos, Américas y Circunvalación. Ahí también el colector quedó muy expuesto y podría fracturarse.