
Jimmy Lizama y su Bici-cocina
Cuando Jimmy decidió transportarse en bicicleta, no encontró talleres para llevar su bici a reparar. Así que se compró un libro de mecánica ciclista y montó en la cocina de su departamento su propio taller. Ahora es un sitio de referencia para reparación de ciclas en el otro lado, allá en Los Ángeles, California.“Pero un templo para venerar la bicicleta no es suficiente, las ideas y el movimiento ciclista tiene que llegar a las calles, a las masas”, dice en el marco del Congreso Nacional de Ciclismo Urbano, que concluyó este sábado en la ciudad de México. Por eso el y sus amigos organizan paseos nocturnos, hacen campañas de difusión, hacen arte con las bicis. También él montó una empresa de mensajería en bicicleta, cuyo nombre tiene una pinta de humor y de mensaje; en su traducción al español es: No le disparen el bicimensajero.—¿Por qué defiendes el uso de la bici como medio de transporte? —Nunca usé carro y me siento bien de no hacerlo, porque así estoy más cercano de mi comunidad. El auto es un espacio privado, no me parece congruente andar en el espacio público dentro de algo que te encierra, dentro de un espacio privado”.